El rey Herón entregó cierta cantidad de oro a un orfebre para que le hiciera una corona, cuando la recibió le pareció que esta no pesaba lo mismo que el oro que había entregado, así que le encomendó a Arquímedes que comprobación del posible engaño.
Se cuenta que un día mientras Arquímedes se bañaba observó que el nivel del agua en la bañera subía a medida que se metía en ella, así pensó que metiendo la corona en agua, esta debía desplazar cierta cantidad de volumen, es decir el empuje de abajo hacia arriba debía ser igual al peso del volumen del fluido que desaloja. Entusiasmado por haber resuelto el problema atravesó las calles gritando: EUREKA, EUREKA (LO descubrí, lo descubrí).
Expliquemos paso a paso cómo logró resolverlo: En un recipiente lleno de agua sumergió determinada cantidad de oro puro igual a la masa entregada por el rey al orfebre, recogió el agua que se derramó. De nuevo tomó el recipiente lleno de agua, sumergió en él determinada cantidad de plata también igual a la masa del oro entregada por el rey, y también recogió el agua que se derramó. Por supuesto la densidad de la plata es mayor y desplazó más agua.
Finalmente sumergió la corona, y observó que el volumen del agua recogida tenía un peso intermedio entre el experimento del oro y la plata que él había hecho, así pudo saber cuánto oro sustituyó el orfebre.
Con el siguiente video lo entenderán mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario